CAPÍTULO 1.
Abril del año 30, multitud de personas e infinidad
de corazones cristianos en un puño por la muerte del Mesías, clavado en una
cruz.
Fin de una vida, aproximado principio de una
religión que perdura aún en la actualidad.
Nunca un hombre-espectáculo ha tenido ni tendrá
tanta trascendencia.
Menos importante sin embargo es el entierro, varios
días después, de un hombre que ha sido símbolo de la traición desde la muerte
de Cristo.
Judas iba a ser enterrado el 29 de abril del año 30,
prácticamente solo, y llevándose a la tumba el desprecio de miles de personas,
sumado al de otras miles de millones de mentes católicas posteriormente, por la
supuesta alevosía del recientemente difunto.
Es curioso que se hayan escrito dos maneras
diferentes de cómo murió Judas.
Toda proposición se autocondena a la duda en momento
hay otra hipótesis que intenta explicar el mismo hecho.
Unos dicen
que ahorcado, otros apuntan hacia un accidente, pero ¿qué fue lo que pasó
realmente? ¿Qué es verdad, y qué hemos aceptado como tal? ¿Cómo podemos saber
si Goliat fue realmente David, y no al revés, o si su famosa lucha ocurrió
realmente, o fue una simple disputa por la custodia de un cacho de carne en
tiempos de hambruna?
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